sábado, 15 de noviembre de 2008

A escribir


Angeles Mastretta abrió su presentación diciendo que todos los que estaban reunidos en la Plaza Hidalgo el viernes 14 eran personas a las que obviamente les gustaba leer. Conminaba a todos a que escribieran. La idea era de que el escribir hace a las personas mejores y ahuyentaba la necesidad de pagar terapias psicológicas al mismo tiempo. Dos veces en esa misma noche escuché la misma pregunta: ¿Cómo le haces para escribir? Y es que todos parecen tener la idea de que escribir es lanzarse a escribir la novela del siglo, pelearse a muerte con los grandes escritores. Creo que eso es lo mas aterrador, jamás podrás llegarle ni a los talones desde tu pueblo a esos personajes fabulosos que nos imaginamos, son los escritores, vaya si ellos tiene el "don", qué vas a poder tú desde la infinita ignorancia acumulada. Incluso si toda tu vida has leído.

Es cierto que muchas veces piensas más en escribir cuando no tienes la disciplina de sentarte a escribir. Pero incluso pensar en escribir me parece una forma de hacerlo. Y ante ésto viene la siguiente pregunta ¿en qué te inspiras? y me entonces me encontré un día extremadamente inspirada para escribir un poema cuando... me ponía unos calzones!!! éstos tenían un corazón y entonces salió

"con el corazón en el vientre

para amarte con todo el cuerpo

para amarte con el alma

desde el infinito de mi cuerpo"

No lo terminé, pero éstá ahí latente como la necesidad de escribir, como otros cuentos que esperan danzando en mi mente, con la urgencia de salir esperando que les dé mi tiempo, ese tiempo que me roban otras ocupaciones.

Angeles también hablaba de la valentía que se requería para salir de nuestras guaridas (en el sentido de la Real Academia: amparo o refugio para librarse de un daño o peligro) y atrevernos a acudir a una feria del libro en una ciudad cercada por la violencia (esa parte me dio un poco de verguenza, pero luego pensé, pero si tú vienes del DF, la ciudad culmen de la violencia!). Esa misma valentía la debíamos utilizar para escribir, no importa si no es ni medio bueno lo que se escribe, lo cierto es que a uno le hace sentir mejor. A veces rídiculo, y entonces podemos reírnos de nosotros mismos, lo cual no cae mal de vez en cuando.

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